¿Qué coño es la lógica? Leer con atención. Razonar cada palabra.

La lógica es lo primero de la existencia. El motor del razonamiento, de la vida matemática que controla las leyes de los vínculos, de los horarios, de los códigos, de cada palabra y pensamiento a existir. Es la enemiga del impulso muchas veces, de toda reacción torpe y retardada que puede desencadenar una catastrófica situación. La lógica (llámese a veces también “cordura” o “razón”) no sostiene errores, los cuales son consecuencia del impulso. Ella misma contiene lo que en el griego se sostiene como λογικήlogike), que significa "dotado de razón, intelectual, dialéctico, argumentativo". Algo lógico es algo razonable, con sentido, mayoritariamente predecible. No hay desajustes… no los hay! No hay lugar para que los sentimientos afloren, porque el impulso comienza a hacer su aparición. Todo impulso, todo sentimiento debe ser arrancado antes de que sea demasiado tarde y se convierta en una perforadora de asfalto que taladra nuestra psiquis y nos destruya. Porque no es seguro que haya una exitosa reconstrucción, ante tanta sangre perdida por sonreírle al impulso. Y puede ser peor: caer en un abismo por muchos años hasta que el recuerdo quite la vida. La lógica es la salvadora de las consecuencias del impulso… la razón reconstruye el espíritu. La lógica somete al impulso. Los sentimientos sólo pueden fluir en la seguridad: familia y amigos amados. Repito, la lógica sostiene los códigos. La lógica, el motor de razonamiento, sólo avala y sustenta un amor romántico en donde en el mundo fáctico ha demostrado ser racional y leal. Nada debe ser incierto. Lo incierto se arranca y se desecha en el fuego. La lógica es lo que siempre debiera ser y no lo es… La razón implica y concibe el respeto, el interés por el otro como persona, la solidaridad, la fraternidad, el cuidado mutuo, la defensa de derechos, la bondad… la lógica debería investir al amor. El sentimiento y el impulso deben ser sostenidos y contenidos. Si la lógica no está presente, todos estos sagrados elementos impulsivos de locura y delirio se vuelven venenosos y mortíferos. Nauseosos, dolorosos y pesadillescos. Y maldita sea la investidura libidinal. /Sonya.