Esther, Sonya y el Kosmos-Kaos

LA CATARSIS POR ESTHER Y SONYA (VERSION TURBO)

Un dìa en la vida con Esther....y su amigo el plumero

Todas las mañanas Esther si no tenia q asistir a sus estudios tenía que levantarse temprano para pasar el plumero, la malísima se enfadaba mucho si no lo hacia. Era una rutina establecida, el plumero por la mesa "ratona", por el tocadisto, rozando el tv, por la madera vieja del antiguo sillón y en todo sector en donde Esther encontrara un poco de polvo. Luego podía continuar por su cuarto tendiendo su cama, y ordenando el vestidor. A todo esto compartía su cuarto con sus hermanos, es decir que no tenia su propia privacidad. Mientras Esther ordenaba su cuarto lo más probable es que de fondo se escuchara el noticioso, y ya, acercandose la mañana tenía el deber de servir la mesa por que se aproximaba el almuerzo. Era un deber indelegable que le correspondía a Esther, lo debía hacer....y en silencio, acompañandose por ella misma, pensando en cosas de niños, pero viviendo la realidad de los adultos. Todos estos deberes rutinarios debía cumplirlos a raja tabla por medio a ser repudiada por las palabras de Dorothea. No era facíl convivir con ella, imaginate que Dorothea se quejaba de todo y todo el día, así que no era normal encontrarla con buen humor. Esther debía cumplir con su rutina y ni pensar siquiera en poder dormir un rato más por que el horario debía cumplirse... y el polvo que esperaba su plumero. Así pasaba sus días, sus mañanas eran muy solitarias, su hermano no era muy conversador, su hermana muy chica solo obedecía a las palabras de la malísima, casi como una subordinada. Y así comenzó a ver lo malo de los otros, a darse cuenta de lo que para ella estaba mal. En sus mañanas, con su amigo el plumero, que si bien no le gustaba le permitía esos momentos de reflexión justificados con el quehacer. Su momento más critico quizás llegaría a la hora de su almuerzo, pues compartía la vista directa a la malísima, en su misma mesa, comiendo sin ver y sintiendo en su aire el desamor. Dorothea tenía su propio menú, era mucho más sabroso que el de Esther que además cuando la tripa le pedía segunda vuelta ella sabía que solo podría llenarse con pan. Pues a la malísima no le gustaban las segundas vueltas, para ellas las segundas vueltas solo le correspondían a los adultos. Y ni contar de las frutas que se servían por raciones según el grado de preferencia que la malísima sentía por ti. En este caso Dorothea no sentía preferencia por Esther, y ni contarte q Esther tampoco quería su amor, pero no se merecía de todas formas su desprecio. Esther era solo una niña! que comenzaba a defenderse de las amenazas de los otros, por que debió adaptarse y sobrevivir en esa guerra.

Continuará............


2 comentarios:

Gracias por la visita! Me mantendre atento a lo que le depare el futuro a Esther y a Sonya...

 

Gracias por pasarte por nuestro blog!!!
Desde ya te pedimos que no te pierdas las historias de Sonya y Esther que se vienen.

Seguro pasaremos a visitarte tb por el tuyo ;)

 

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GRACIAS TU COMENTARIO ;)